Desde que las pantalla podían mostrar caracteres, y no puntos por unidad de superficie como hacen en la actualidad, el arte en las pantallas ha evolucionado, los artistas plásticos contaban con otra herramienta, una bastante estimulante, que los convocaba desde un ambiente inmersivo en el que el artista no sólo participaba desde la imaginación, sino con todo el cuerpo; ya desde las priemra propuestas de arte en la pantalla la denominación de Arte Binario pareció imponerse, ya que las primeras pantallas mostraban caracteres blancos sobre fondos verdes y las formas estaba sometidas al diseño de los caracteres, en un caso el ASCII, en otros, sofisticados sets de letras en otros idiomas.
Qué extraña esta descripción para los actuales artistas que casi pasaron a cambiar el nombre de artistas plásticos a artista digitales, lo que por un lado confunde la esencia, sobre todo porque si hay una característica que distingue a los artistas es el no dejarse acotar y mucho menos con un nombre.
Desde entonces nuevas propuestas han anclado desde la tecnología, en estos tiempos la realidad virtual emprende el desafío de mutar la realidad hacia una mezcla con la imaginación que esa experiencia connote las 3 dimensiones en que nuestro cuerpo percibe la realidad.
La intensión implica incorporar la interacción y una fuerte intervención en el cerebro para desdibujar el tacto en relación a la percepción de la mente sobre el espacio y objetos circundantes.
Seguramente muchos ya hemos vivido esa experiencia de la realidad virtual e incluso la llamada realidad aumentada que incorpora elementos visuales que interactúan con nosotros.
La mente es poderosa y lo que percibe como real lo transmite al cuerpo, la experiencia sensorial del tacto y el olor son los desafíos de esta nueva forma del arte, evolucionada desde el arte binario hasta la exploración de los límites de la mente para fabricar esa realidad.
El facto vinculante, sin duda es el arte, sin importar los subterfugios, las herramientas y la tecnología, la cultura del entretenimiento se alimenta del arte, y está generando una relación entre hombre, maquinaria, tecnología que invita a los artistas plásticos a ampliar sus perspectivas.
Siempre hemos vivido impregnados de arte, ahora lo llevamos a la experiencia de la tecnología y la disponibilidad de herramientas para el desarrollo.
Las redes sociales son medios de propagación en los que las oportunidades del arte binario, el del código ASCII aún sigue vivo, así como las evolucionadas tecnologías que a través del juego invita a una forma artística que implica la interacción de diversas disciplinas, la programación, los lenguajes de programación, la conectividad, la propagación, la difusión, aspectos que el artista tiene a mano con solo involucrarse en la red compleja que propone la Internet.
El arte evoluciona con la ciencia y la tecnología, de la mano de la experiencia artística de los cultores del eclecticismo en el uso de elementos para construir esa obra que los convierte en únicos.
Así como no dejamos de apreciar el arte de siglos anteriores, el arte primario, el arte binario que nació en las primeras computadoras siempre será un simpático recordatorio de cómo fueron los comienzos de la increíble sofisticación que implican los actuales sistemas de diseño artístico por computadora. Desde el arte binario, la implementación de nuevos y mejores productos nunca han dejado del lado el interés por las primeras apariciones del arte en código ASCII, buscarlos para apreciarlos es también un gesto artístico.