Las redes sociales cambian, los hábitos se dividen entre nativos tecnológicos y no; y dentro de los nativos, los millenials y la generación Z, diferentes paradigmas de participación implica una reacción ante cada fenómeno, las empresas no encuentran pie con un tipo de usuarios que ya deben enfrentar a otro.
El perfil de audiencia gravita alrededor de las propuestas de las aplicaciones y las aplicaciones responden a necesidades que surgieron de determinados grupos, por ejemplo, las aplicaciones de pedidos de comida, responde a hábitos de los millenials, que no sólo quiere todo y ya, sino que las aplicaciones sepan de sus preferencias, los conozcan y les ofrezcan lo que buscan antes siquiera de solicitarlo.
Luego está la generación Z, que no está tan interesada en participar, o por lo menos no es fiel en consecuencia a sus actividades lo que implica para las empresas la dificultad de establecer acciones de fidelización; conocen al usuario; la generación Z, pero seguirlo entre las diferentes aplicaciones y actividades no les da ventajas para atraerlos hacia los productos, a la generación Z no le interesa pertenecer o permanecer.
Lo que si se sabe es que las empresas hace rato desvían recursos detrás de una zanahoria que nunca alcanzan, las aplicaciones, las redes sociales, requieren de mucho análisis y recursos para llegar a una estrategia de convocatoria de usuarios que se conviertan en usuarios, y no lo logran muy bien, por lo que rápidamente las empresas dejan de intentarlo, lo que hace que abandonen la participación en aplicaciones con la de Facebook, dado que sostener el beneficio es altamente costoso en recursos y el bien más preciado: el tiempo.
Por ello la ventaja sigue siendo de los buscadores, en donde la identificación y clasificación de datos es provista por el mismo usuario, sin desvíos; el posicionamiento web es el camino directo a los intereses de los usuarios, cualquiera sea el rubro de interes.
Lo que a las aplicaciones les resulta más difícil es identificar lo que le gusta al usuario y ofrecérselo, los algoritmos de procesos de datos se vuelven cada vez más complejos y voluminosos y los recursos terminan colapsando.
Las plataformas de participación se diversifican, no sólo las sociales, sino las de publicaciones, proyectos editoriales que cuentan con el alimento favorito de las redes: contenidos; por ello, plataformas de publicación como Amazon o WattPad, se convierten en líderes en el análisis de comportamientos de los usuarios y en la captación de la mutación de hábitos de los usuarios, sobre todo en la diferenciación entre millenials y generación Z, cuya principal diferencia es que mientras los millenials no se pierden nada y participan en todas las plataformas que pueden, la generación Z salta y no teme dejar de participar, no actúan en relación a hábitos o preferencias de medios, la generación Z sigue, se actualiza, se lanza a la conquista de nuevas propuestas dejando de lado las anteriores sin pensarlo demasiado, lo que resulta en un desafío para los procesos que intentan analizar sus preferencias.
Las empresas siguen necesitan de participar de la gran revolución que es la Internet, es una gran oportunidad y campo de igualación, aunque resulte difícil comprenderlo, las grandes y las chicas pueden surgir y volverse las mejores con tan solo interpretar y comprender los cambios que subyace en el comportamiento de los usuarios y saber conquistarlos.
Las novedades se dan más rápido de lo que las empresas pueden reaccionar, pero el beneficio de encontrar el camino al usuario que se puede convertir en cliente es el objetivo de toda empresa y hasta el momento el epicentro, el método más eficiente y directo es el posicionamiento en buscadores, es decir: que el usuario busque a la empresa, en vez de que la empresa busque al usuario.