Puede que tengamos la suerte de tener un empleo en un sector que nos obliga a viajar cada cierto tiempo, sea para reunirnos con clientes, o para asistir a ferias y eventos. La idea teórica de la movilidad laboral siempre parece engalanada con el glamur, como si fuésemos importantes hombres y mujeres de negocios desplazándonos de una urbe a otra y cerrando tratos importantes. Sin embargo, aunque esa realidad sea auténtica hasta cierto punto, no es tan maravillosa como imaginamos. Para empezar, no es agradable viajar en la era COVID-19, con una pandemia en ciernes que nos obliga a hacernos PCR y ser muy prudentes si cogemos trenes o aviones.

Pero, además, tras un largo y agotador viaje, casi sin asearnos, sin descansar bien y sin habernos alimentado en condiciones, encontrarnos en una ciudad desconocida puede resultar abrumador. A menos, claro, que nuestros anfitriones hayan tenido el detalle de recurrir al alquiler de coches con conductor para facilitarnos todo el proceso. Este servicio, en realidad, debería ser básico siempre que cualquiera de nosotros recibe a personas que vienen de fuera, siempre y cuando no podamos acudir nosotros mismos en nuestro coche; lo que en el mundo laboral, con todas las responsabilidades que pesan sobre nuestros hombros, es lo más habitual.

La posibilidad de alquilar vehículos con conductor es excelente por varios motivos. Primero, nuestro visitante, venga para una reunión de negocios, venga para gestionar el stand de una feria temática en fin de semana, podrá llegar fácilmente y en vía directa a su alojamiento, o a la empresa en la que debe entrevistarse con la persona que lo está esperando. Es decir, el estrés y la ansiedad que suponen averiguar cómo llegar a los sitios en una ciudad desconocida desaparece.

Por otro lado, no podemos obviar el hecho de que, cuando utilizamos el alquiler de coches con conductor, estamos usando por definición un vehículo privado. Dicho de otro modo, si nos preocupan en demasía los viajes debido a la pandemia, sobre todo después de un desplazamiento largo, no tendremos por qué ceñirnos al transporte público. Las ventajas son muy evidentes.