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AnaAbregu 2/1/2021 8:33:01 AM
AnaAbregu
El Materialismo filosófico
Ana Abregú escritora argentina
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Tags literatura filosofía literatura hispanoamericana narrativa argentina Ana Abregú escritora argentina crítica literaria literatura sudamericana
 
 

El término fue utilizado por primera vez en 1647 por Robert Boyle en TheExcellence and  Grounds of the Mechanical Philosophy y adoptado por los filósofos de la ilustración –Condorcet, Condillac, Diderot, Helvetius, Voltaire, tc.– en el siglo XVIII; propone el naturalismo en física y fisiología. El materialismo filosófico se opuso a los efectos del criticismo de Kant y del idealismo XIX, dialogando con teorías fisicalistas, fenomenistas, moralistas, dialéctica de una época en la que habría que analizar situaciones políticas e históricas que impactaron en la concepción filosófica del momento. En algunos contextos se establece la relación de la idea de Materia con el Mundo, con la Idea de Dios o con el Sujeto cognoscente. Entendiéndose “mundo”, a veces como sólo cualidades humanas, otras en conjunto con actos histórico, en unos casos como consecuencias, en otro como imposiciones; en otros, “Dios” como actuante o regidor, protector, como entidad que impacta sobre los hombres y por lo tanto sobre ideas y actos e incluso determinante del futuro.

Señalo que en las variantes de las explicaciones materialistas, el fundamento de la realidad, es el fundamento del materialismo que atribuye a las leyes de la física las fuerzas que mueven el mundo, sin apelar a poderes espirituales.

En la actualidad, hay una fuerte inclinación a tomar al Gustavo Bueno como heredero y sostén del Materialismo filosófico.

Brevemente referiré que podría definirse como la negación de la existencia y posibilidad de sustancias vivientes incorpóreas. Habría que aclarar la palabra "vivientes", pero, haré la suposición que trata sobre lo que se puede medir en el mundo físico, con cualidades que se apoyan en algún sentido: respirar, oír, tocar, oler, ver; como ejemplo diré las plantas, que se sabe que huelen, oyen, tocan, respiran. Luego, dejaré de lado la palabra "espíritu", como no ser antónimo de material. Algunos dicen: El materialismo filosófico niega que haya espíritu o algo incorpóreo. La palabra espíritu es compleja, porque porta algún linaje que va desde lo espiritual, como reflejo de contemplativo, sensible, a lo jocoso e incluso cruel; en éstos últimos una intencionalidad de acciones sobre el mundo físico parece ser uno de los propósitos.

De manera que simplificando, tomando la idea de eje en que el Materialismo filosófico niega la sustancia no viviente, “viviente” definido en términos de sentidos.

La idea podría tener como principio el atomismo de Demócrito, que identifica lo no corpóreo como el no Ser, lo que introduce algo en referencia a los sentidos, el acto de pensar, que es el principio de la aceptación de Ser, aunque no su definición. Ya en el Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein se discute sobre la imposibilidad de definir el Ser, y por lo tanto se define por lo que no es. El Ser no es el producto de los pensamientos.

El materialismo filosófico, tampoco es el corporeísmo del materialismo de Demócrito, cuyo fundamento es enfrentar el irracionalismo de lo sobrenatural. Nuevamente señalo que en las concepciones de espíritu y lo sobrenatural, la idea refiere a que hay algo, con intenciones que, desde una dimensión no corpórea, impacta en el mundo corpóreo; y que se detecta al modo tradicional: como fenómeno que se encuadra en algunas leyes de percepción, a las que tal vez, aún la física no alcanza, pero se acepta que debe ser necesario que la física lo alcance para ser cierto, lo que deviene en la lógica: ni lo alcanza, tampoco lo hará y por lo tanto el Materialismo filosófico es una propuesta válida y consistente.

Por ser breve, diré también que esta corporeidad, que refiere la teoría, tampoco es la de Marx, Engels, Monod y otros que refieren al monismo, aquella doctrina que propone que el espíritu, materia y psiquis son idénticos en esencia, y se considera una única sustancia.

Gustavo Bueno (1924-2016), tuvo oportunidad de atravesar su época en los momentos más importantes de la evolución de la Física, siendo que el atomismo, palabra que fue y es usada para dar cuenta del eje de su propuesta filosófica, resulta curioso que no haya alcanzado a la Teoría de Cuerdas, la que parece responder a alguna de las cuestiones de no existencia, pero que resultaron indicios para algunas conjeturas sobre cómo funciona el universo, y que llevado a lo macro, parece dar cuenta de algo que a falta de palabra se denomina espíritu; siempre refiriéndose a algo que puede utilizar alguno de los sentidos que le otorga a lo que se define como “viviente”.

La Teoría de Cuerdas o Supercuerdas, o Conjetura de Maldacena (Juán Martín Maldacena, Fisico argentino), a la que se llama también de Unificación o teoría de Todo porque une dos grandes campos de la Física, cuya ausencia de relación preocupaba a los científicos; la Mecánica Cuántica y la Teoría de la Relatividad; sólo por indicar la importancia en el campo de la física que implica ésta teoría.

Solo me reseñaré al modelo de resultado: refiere a la existencia de varias dimensiones, hay razones de energías y efectos para diseñar un modelo que da marco teórico a algunas de las anomalías de la física que antes no se explicaban, aunque, como todo el mundo infinitesimal o macro se conoce por sus efectos. Me interesa de ello el correspondiente a la posibilidad de la redefinición de espíritu.

Por simplificarlo, diré que hay algo, que en la conjetura de Maldacena se expresará con las características del uso de los sentidos, doble de nosotros, más específicamente en otra dimensión, que por razones de curvas de energía, atraviesan el haz de energía que somos nosotros –lo que presupone la probabilidad de intersección de otra dimensión en la nuestra, con efectos que definimos como percepción de algunos de los sentidos, lo que coloca en otros términos la discusión sobre fantasmas, espíritus y hasta la frase “Dios lo ve todo”–. Por dar un ejemplo, nosotros: seres de 4 dimensiones –3 espaciales y el tiempo cuarta–, podemos ver una foto, seres de dos dimensiones que no tienen percepción de nosotros, sin actuar sobre nuestro mundo. Sin embargo, nosotros podemos romper una foto. Extrapolando: algo en la dimensión 5 –la conjetura de Maldacena reconoce 9–, podría tener percepción de nosotros y actuar “rompiendo” nuestra dimensión –en la que percibimos tenemos 3 dimensiones espaciales y la 4 el tiempo.

Cuando se cruzan los sistemas filosóficos en referencia a las cuestiones de la cuántica, hay aspectos de la materialidad que quedan condicionadas en acciones de probabilidades.

También hay que tomar en cuenta los términos de referencia a lo que implica el modelo de pensamiento que refiere al materialismo, y también a qué refiere la filosofía y en cuánto influye el devenir de la humanidad y en todo ello, la implicancia del “inexistente” no corpóreo –para evitar usar la palabra “viviente”–, que es una suposición que, a medida que la ciencia avanza, parece inadecuada o insuficiente.

En conclusión, todas las teorías parecen apoyarse en una sola condición, por ahora: tienen validez en campos acotados, por no decir reducidos, y dentro de esa proposición, toda discusión es un aporte.

Sin embargo las otras dimensiones, ya apoyadas por experimentos avanzados, podrían contribuir con importantes intervenciones en el Materialismo filosófico, por lo menos en la situación de acotarlo a asuntos “terrenales” –a falta de mejor palabra–, de necesidad del hombre; más que realidad física.

Por ahora, la brevedad impide las sutilezas, que sin embargo serán interesantes, tanto en una como en otra propuesta.

Por momentos me asalta el caso de la Paradoja de Russell; 20 años tardó en escribir y publicar Gottlob Frege, exactamente cuando estaba festejando la reciente publicación sobre la Teoría de Conjuntos –que postula que todo forma parte del conjunto de algo–, recibió una carta del joven Russell, indicando la paradoja de que en un pueblo, donde el Rey ordenó que todos los barberos tenían la obligación de rasurar a todos los habitantes, menos a sí mismos, como había un solo barbero, quién rasuraba al barbero. Frege, se lamentó que un joven, sin suficiente preparación, había destruido 20 años de trabajo.

Tengo la impresión que entre los jóvenes sin “suficiente preparación”, estará la clave para desarrollar una teoría que sea capaz de destruir el Materialismo Filosófico, de alguna manera convincente.

No es un deseo. Es la realidad “materialista” de la física que viene a llenar los agujeros de las palabras, habrá que inventar nuevas, espíritu, vida, materialismos, empiezan a sonar paradójicas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ana Abregú.

 

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

Danilo Albero Vergara, escritor argentino

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