Los alquileres suben a un ritmo de vértigo, lo que produce el efecto de movimiento permanente de inquilinos, los que tampoco le produce un beneficio al dueño. Las inmobiliarias se encuentran abocadas a verificar créditos y confianza entre dueño e inquilino, que rotan a una velocidad que impacta también, en el precio de los alquileres.

Las operatoria de alquileres suben, pero, lentamente la ventas son el propósito subsecuente, el costo de los alquileres se equipara al costo de cuotas para la compra.

La falta de créditos hipotecarios, coloca a los compradores en una situación parecida a la pesificación, sin que haya trabas para operatorias en moneda extranjera, se proponen operatorias con ventajas en el costo del inmueble e incluso en los plazos de pagos.

El sector refleja un crecimiento en el pasaje de alquiler a intención de compra, los analistas indican el factor sensibilidad inmobiliaria como la intención de mudarse a áreas con suelos a menores costos, y la migración, a su vez, genera un variación en los alquileres, ya que mantener un inmueble sin inquilino tiene costo altos, es mejor ganar menos y al menos mantener la propiedad.

Por el momento, dado los índices de inflación, las operatorias de compras amplían sus plazos, y los alquileres muestran variaciones que acompañan a la situación, los dueños se preguntan si no es mejor alquilar por los costos y acortar las fechas de alquiler antes que tener vacío el inmueble a un costo insostenible.

A falta de soluciones, hay inmobiliarias que apuntan a proveer también el financiamiento, con la posibilidad de acomodarse a propuestas del inversor.

La estabilidad en las operatorias inmobiliarias no parece que será posible con una estimación, al menos, del próximo año, en tiempos electorales y la incertidumbre sobre las políticas para el sector, así como el económico, algunos dueños proponen alquileres por pocos meses, a veces sólo 3, que son los usuales para el tipo de turismo inmobiliaria: inversores que aprovechan el turismo para testear el mercado inmobiliario, para los extranjeros la construcción local es de alta calidad, y las localizaciones de la zona sur, Ezeiza, San Vicente, Canning, cuentan con infraestructura de gran calidad, cercana a lagos, amplían su propuesta a actividades que le dan al deporte prioridad de salud, así como el cuidado ambiental y al entorno natural.

El factor sensibilidad inmobiliaria, manifiesta inquietud irresoluta, que algunas inmobiliarias enfrentan desde la construcción del espacio urbano, la comercialización e incluso la financiación, con lo cual acompaña a los clientes en la operatoria completa, en un momento en que el apoyo frente a la coyuntura económica y a la rotación vertiginosa por los cambios constates del costo de los alquileres.

Mientas tanto, un indicador visible es la cantidad de stock en alquiles que cuentan las inmobiliarias, los inmuebles en venta se producen en los nuevos espacios, en nuevos barrios, tanto cerrados como abiertos, que se encuentran en la zona sur, y ello se debe no sólo a la coyuntura económica, sino al cambio de hábito de los dueños e inversores: la elección por la naturaleza, la cercanía de la posibilidad de actividades deportivas que incluyan lagos, lo que es posible gracias a las nuevas formas del trabajo en casa, los gatos en oficinas cada vez disminuyen en tanto no desaparecen, es una tendencia en todos los órdenes, es fácil ver cómo las inmobiliarias han disminuido el espacio de locales, diversificándose en extensión, así como los bancos, que abren pequeñas sucursales, también abriéndose en extensión, así como otras instituciones financieras.

Las encuetas de sensibilidad inmobiliaria manifiestan una clara tendencia de crecer en espacios cercados a capital, con todas las ventajas de espacios saneados, lo que se da en la zona sur, con los emprendimientos de nuevos barrios cerrados y abiertos, ambos con todas las ventajas de la zona, deportes, educación, entretenimiento.

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