Los jóvenes vienen empujando el futuro, de la mano de la tecnología, pronto los consumidores se han vuelto más jóvenes, más audaces y tienen acceso a inversiones cada vez más arriesgada, pero, en la era del Bitcoin, las inversiones inmobiliarias siguen siendo el más sólido atractivo.

La posibilidad de los jóvenes, cada vez más jóvenes de acceder a hipotecas inmobiliarias ha movilizado en gran parte el sector inmobiliaria y ha provocado un fenómeno que históricamente sólo se daba en una cota etárea superior, la obtención de una segunda vivienda o más, con el propósito de aprovechar el mercado de alquileres, ya que el acceso a la vivienda está siendo difícil para un gran número de personas, las condiciones económicas no han cambiando, en esta dirección, desde hace años y la tendencia de comprar nuevos inmuebles se ha mantenido más o menos estable, creciendo lentamente, en la medida que nuevas localizaciones geográficas van lanzando sus propuestas, tales como los barrios privados que se comercializan en la zona sur; desde la inmobiliaria Mazzei nos comentan que es creciente el número de jóvenes con acceso a la adquisición y la preferencia en la zona se debe a varios aspectos.

Por una parte a la proximidad con la olimpíadas de este año, que han revalorizado la zona sur con sus propuesta de clubes y deportes como la natación, el polo, el golf y otras complementarias en el entrenamiento de los jóvenes atletas.

La finalidad de las hipotecas se solicitan a edades más jóvenes de los solicitantes, que históricamente, uno de los factores es que las inmobiliarias comercializadores proveen un paquete completo, entre financiamiento, inmueble, espacio geográfico y amenities, servicios como de hotelería, un combo completo que atrae a la nueva generación que se mueven en tiempos instantáneos, con acceso a las inversiones al alcance de sus celulares.

Entre las conclusiones y la franja de edades de solicitudes de hipotecas, las inmobiliarias desarrolladoras pueden confirmar decisiones en la política de construcción, basados en las solicitudes de los consumidores, y en haber apostado al futuro presente, en el momento de decidir el desarrollo constructivo en la zona sur, que hoy es tendencia y desde hace algunos años.

La posibilidad de oferta a un número creciente de posibles inversores entre 18 y 30 años ha sorprendido a un mercado que históricamente se mueve por encima del límite superior de esas edades, pero los nuevos inversores, los nativos tecnológicos tienen acceso a una mayor cantidad de oportunidades de acrecentar capitales a corta edad y a la larga confían en la inversión inmobiliarias que es a prueba de colapsos tempestivos de caídas y subidas en la Internet.

En esta medida, la finalidad de la inversión, que antes era la ir escalando en la calidad de la vivienda, se redirige al mercado de alquileres, creciente en los últimos años, como una manera de estacionar la inversión hasta que nuevas políticas para el sector inmobiliario provea un mejor momento para vender y comprar.

En cualquier caso, los jóvenes vienen empujando fuertemente el mercado de operatorias inmobiliarias y los objetivos o criterios de selección de las inversiones inmobiliarias van por carriles poco tradicionales, como el hecho de ya no elegir viviendas cerca del trabajo, sino con comodidades de otro tipo, deportes poco comunes como la náutica o el polo, y cercanos a clubes; de fácil acceso desde la capital, aunque ni siquiera eso es necesario ya que las nuevas tendencias del trabajo en casa hace innecesario el traslado.

Las solicitudes de hipotecas de inversores entre 18 y 30 años ha sorprendido a más de una empresa, que ahora tiene que renovar objetivos y dirección de oferta publicitaria según estas novedades.

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