¿Qué haríamos sin los ascensores? Esta es una pregunta que ninguno de nosotros suele hacerse, y por un motivo: un ascensor nos parece un recurso tan básico, tan esencial, que lo utilizamos casi sin reparar en él, al igual que utilizamos la ducha o la cocina eléctrica. Pero prueba de su imprescindible uso es que, si se avería de repente, empezamos a sentirnos incómodos, a tener incluso ansiedad. Dicho de otro modo, comenzamos a notar su ausencia, sobre todo porque, de la noche a la mañana, nos vemos obligados a subir a saber cuántas escaleras para llegar a nuestra casa, quién sabe si con cinco, seis o más bolsas de la compra en el supermercado.

¿Qué haríamos sin los ascensores?, nos preguntamos entonces, esta vez sí. Nada, o al menos poca cosa. Pero la cosa empeora si nos preguntamos eso en una gran ciudad, como la capital. El montaje de ascensores en Madrid es algo más que algo recomendable. Es esencial en una urbe llena de personas, al menos seis millones, todas ellas utilizando metro y servicios públicos, entrando y saliendo de centros comerciales y bibliotecas, viviendo en todas partes. La vida en Madrid sería un caos sin ascensores o, casi peor, con ascensores estropeados. Aquí es donde, además de la instalación, entra en juego el mantenimiento de ascensores de Madrid, también fundamental.

Podríamos pensar que la pandemia del coronavirus ha reducido el uso de los ascensores. A fin de cuentas, son espacios muy pequeños y escasamente ventilados. Nada más lejos de la realidad. En todo caso, lo que se ha reducido es el aforo de los mismos. Ya no es recomendable que en un ascensor grande, por ejemplo el de un comercio o supermercado, haya veinte personas a la vez. Deben ser menos. Pero eso hace que haya más gente esperando por usarlo y que, por tanto, sea incluso más esencial.

Por eso todo, desde el montaje y el mantenimiento, pasando claro está por una política eficiente e inmediata de reparación de ascensores en Madrid, es fundamental. Siempre lo ha sido, pero en tiempos de pandemia global, más aún.