Las inmobiliarias fueron las primeras en adoptar estrategias de comercio virtual, ya desde la posibilidad de mostrar sus productos, sumado al hecho de nuevos materiales y acciones de mantenimiento desde el advenimiento de los drones, que permiten vigilancia en rincones a los que no se accede fácilmente e incluso con la ayuda del espectrómetro de masas capaz de analizar el estado edilicio, sin dudas la tecnología encuentra un amplio margen de ocupación es sólo el sector inmobiliario.

Sin llegar siquiera a sospechar la situación actual, algunas inmobiliarias desarrolladoras  promovían una nueva forma de urbanización, un poco más autosuficiente, y un poco más al estilo de amenities de hotelería, seguridad, limpieza, mantenimiento; todo lo cual vino a tomar importancia con la situación que se vendría.

Es así que promoviéndose un híbrido entre residencias y comercio, al estilo de barrio, se incluyeron supermercados, pequeños centros sanitarios y comercio de todo tipo bajo las mismas políticas de la residencia, respeto e integración con la naturaleza, cuidado ambiental.

Estos emprendimientos se encuentran en Zona sur, en Ezeiza, San Vicente, Canning, que con una política de nuevos hábitos para los dueños, promovieron un cambio de vida con las posibilidades de la nueva tecnología, y con ello, un desvío sostenido de las inversiones inmobiliarias desde hace más de una década hacia estas nuevas zonas que presentan características novedosas, no sólo en la construcción, sino en la infraestructura.

Esta visión vino a convertirse en el paradigma de una solución para pasar la situación actual, con posibilidades de aislamiento, independiente en servicios de proveeduría, salud y medios para pasar largas temporadas en las que tener resueltos los principales recursos, conectividad y seguridad. El comercio electrónico incluido, dentro de la zona y con servicio en la puerta.

Incluso, las condiciones de crecimiento con el proyecto de mudarse a pocos minutos de la capital, ha producido cambios importantes en la manera de hacer negocios, porque lo que se han creado polos comerciales e informáticos en cercanía, sumándose los deportivos, ya que es zona lacustre y se encuentra en excelentes condiciones ambientales, con el apoyo de las municipalidades.

Nada hacía imaginar que las condiciones que se venían creando para la nueva vivienda podrían neutralizar los problemas que vivimos en la actualidad, pero era ya una forma de vida que se venía necesitando: cuidados ambientales, integración de las actividades de la familia en un espacio compartido, contacto con la naturaleza, aprender a respetarla teniendo en cuenta materiales de construcción novedosos que aporten al contexto ambiental.

No es una vida que se impone por la pandemia, es una vida que venía imponiéndose bajo la conciencia de una nueva forma de vida, relajada y lejos de la polución de ruidos y smog de la ciudad.

Estamos ante un gran cambio en la urbanización y modos de vida, pero hay espacios que ya estaban preparadas para este gran cambio, en la zona sur, los nuevos barrios, algunos cerrados y otros no, disfrutan de las ventajas que tan bien se acomodan a esta nueva realidad que ya sospechamos que ha venido para quedarse. Los años venideros, viviremos compulsivamente más conscientes de que cuidar el entorno, es cuidar nuestra vidas.

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