El sector inmobiliario siempre está renovando su compromiso, a pesar de la burocratización en que se incurre por razones de seguridad, transparencia y ahora en pandemia, implica un acercamiento de las empresas al cliente, tanto al vendedor como al comprador, intermediando en incluir la situación.

Los potenciales clientes cuentan con atención personalizada a través de los medios tecnológicos, así como visitas virtuales; las posibilidades del gremio no han empeorado en la medida que la financiación resulta el motivo de análisis y discusión.

La seguridad en la transacción, la movilidad reducida, los datos a disponibilidad de los medios económicos que colaboran en el proceso de adaptarse a la nueva normalidad, son los procesos que ponen en marca la posibilidad de operatorias inmobiliarias.

La proactividad de las inmobiliarias comercializadoras, que son a su vez generadoras de nuevos espacios urbanos es una prueba de la adaptabilidad con el que sector se reactiva bajo las condiciones más diversas, lejos de la economía, la propiedad se ha vuelto un objetivo prioritario entre las necesidades de la nueva normalidad.

El carácter reactivo del sector antes las muchas contingencias que atraviesa, ha encontrado espacio propicio para continuar con sus actividades, ya que el sector se ha movido con soltura entre las nuevas tecnologías que permiten agilizar las visitas a las unidades, así como las condiciones del entorno.

Los agentes inmobiliarios actuales cuentan con espacios de captación de clientes en medios, aplicaciones e incluso en valiosas carteras de clientes, que por año han colectado gracias al prestigio y transparencia de sus transacciones; así como nuevas formas de entender el servicio al cliente, que no es solamente el vendedor, sino también el comprador y nuevas formas de relacionarse con los hábitos de los clientes, para los que la pandemia es una característica que pueden controlar cuando se vienen proponiendo, desde hace años, nuevas formas de entender el espacio urbano, la vivienda, la relación socio-cultural del entorno.

Avanzar en la digitalización de las actividades y unidades, que es el producto de las inmobiliarias, es sólo una parte del proceso, también hay una adaptación a los nuevos tipos de trabajo, así como condiciones de la naturaleza, todos aspectos que se han tenido en cuenta en la construcción de los nuevos espacios de la zona sur, con nuevos materiales de construcción y rezonificación de la zona con infraestructura para el tratamiento de fluidos.

Como una premonición la Inmobiliaria Mazzei ha producido un cambio urbano interesante, en la zona sur, donde se han diseñado barrios cerrados y abiertos, ambos con políticas de cuidado ambiental y todos los beneficios de nuevos hábitos, el trabajo en casa, las relaciones familiares, juegos, entretenimientos y actividades deportivas con todos los cuidados que la nueva normalidad impone.

Tanto casas como lotes, a precios y conveniencias financieras que se pueden pactar directamente con la inmobiliaria.

Las ventajas de la nueva normalidad es la posibilidad de negociación bajo conveniencia de los clientes, situación que produce un movimiento en el sector, que históricamente sabe adaptarse a las coyunturas económicas de los últimos años. Los analistas especulan que tampoco será la última.

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