Esta frase se viene repitiendo desde que desaparecieron las inversiones hipotecarias, la situación coyuntural ha desarrollado un modelo de operatorias bancarias que ha prescindido, los últimos años, de las hipotecas inmobiliarias y todos los intentos han sido puntuales, a corto plazo y no han dado el efecto esperado.

La necesidad de vivienda, a todos los niveles ha activado que algunas inmobiliarias se ocuparan de proveer los medios financieros, bajo diversas propuesta que muestran sus frutos en la medida que la situación actual, es mundial y las ventajas que en su momento formaban parte de una iniciativa, se fueron convirtiendo en una necesidad.

Ya las propuestas de inversiones se iban acomodando a las situaciones mundiales, las burbujas inmobiliarias que explotaron en los diferentes países y que afectaron a inversiones que se fueron volcando en los diferentes países.

Aquel momento crítico puso en boga otra situación que venía empujando las tendencias, las nuevas formas de trabajo en casa, las necesidades de materiales de construcción que cuidaran el medio ambiente y aportaran, el cambio en los hábitos que produjeron que polos tecnológicos convivieran en barrios residenciales haciendo que las empresas se congregaran por motivos de interés en puntos de la ciudad a desarrollar, para las nuevas infraestructuras, lo que produjo una migración hacia espacios nuevos, geografías con desarrollo urbanístico en suelos fáciles de tratar y creación de infraestructura para los desafíos que plantea el cambio del clima.

Todo ello se combina con la tendencia a introducir un cambio importante en la calidad de vida, la naturaleza, el deporte y la integración de los componentes de la familia en espacios de convergencia, configuraron una situación cuyo efecto vive su mejor momento.

La pandemia ha puesto en valor la decisión de algunas inmobiliarias de cambiar el foco, desde el espacio geográfico a una propuesta integral, naturaleza, deportes, deportes acuáticos, confort de hotelería y seguridad, todos factores que son comunes entre los nuevos inversores en el mundo.

La calidad de construcción Argentina, se basa en el ladrillo, a diferencia de otros destinos que usan madera, genera una diferenciación en el mantenimiento y asuntos de contención climática, como el calor o el frío.

Con estos conceptos se han creado grandes infraestructuras, en la zona sur, no sólo barrios privados, sino abiertos, donde no se paga expensas –La Gaviotas, San Vicente– pero se disfruta de las mismas comodidades que los barrios cerrados.

En el presente esta tendencia se ha visto favorecida, la situación de confinamiento en un espacio amplio, con multiespacios que se pueden utilizar para todas las actividades de la familia e incluso de diferentes edades ha resultado una solución que en las condiciones actuales son un bálsamo y un verdadero cierto.

Para los que se sumaron a las propuestas constructivas de la zona Sur, la situación actual les ha convertido la intención de inversión a espacio de vivienda en uso.

La mudanza hacia las zonas que se habían elegido como casas vacaciones ha pasado a ser el lugar preferido para pasar el tiempo de cuarentena, una tendencia creciente en tanto lo permite la posibilidad de traslado.