Si algo han superado las inmobiliarias, son las crisis que viene sosteniendo el sector desde la burbuja inmobiliaria, luego la pesificación, cuyo comportamiento resultó parecido a la burbuja al igual que el efecto.

Lo cierto es que el sector inmobiliario reacciona a las contingencias y la crisis actual no es una excepción, aunque sí un desafío grande.

Por el momento hay actividades que limpian el panorama del negocio, desde el apoyo desde las cámaras inmobiliarias para habilitar la atención, de ser necesaria, por agentes inmobiliario matriculados.

La actividad procura evitar las posibles actividades delictivas que la situación puede implicar.

El problema se produce por la situación de pago de alquileres e incluso de nuevos alquileres, si algo ha revelado la situación es la de contar con espacio suficiente y no incurrir en el hacinamiento de personas compartiendo inmuebles, lo que provoca un riesgo mayor.

El horario de atención, el cobro, pago y entrega de llaves es una situación que las cámaras están presentando ante las autoridades correspondientes a los fines de destrabar las actividades congeladas, que tratándose de propiedades implican una preocupación más ante la imposibilidad del aislamiento.

Aunque el pago electrónico se viene produciendo desde hace años, y las inmobiliarias han mudado sus ofertas a sitios que hasta permiten las visitas en 3D, aún hay una gran cantidad de operaciones que no pasan por los medios electrónicos lo que complicada situación actual revela en gran escala.

Paradójicamente, durante la pesificación se produjo una disminución en los espacios de las inmobiliarias, los locales pequeños con atención de uno o dos empleados brotaron, como un doble movimiento, por una parte la oportunidad de adquirir locales comerciales que fue una oportunidad, por la otra reducir espacio y empleados, que hizo viable el tener una distribución por la ciudad, más que la concentración en un solo punto.

La disposición se ha vuelto inconveniente en el momento actual, esperar a la distancia adecuada, para ser atendido es algo que está a resolver por las inmobiliarias. Los espacios reducidos que conformaron una solución, son actualmente una desventaja.

Las cámaras e inmobiliarias están implementando un protocolo acorde a las disposiciones del momento, que proteja la salud de las personas y habilite la posibilidad de negociación de los alquileres e incluso compra de inmuebles.

En el caso de oficinas comerciales se proveerá de instrucciones que incluyan alcohol en gel y el control del uso de barbijos y distancia adecuada.

Se analiza la disponibilidad, en los locales de un baño, adecuado al cuidado del personal de atención que les permita mantener limpieza y acceso a los clientes también.

Aun en situaciones inéditas el sector reacciona para continuar con las operatorias que se vuelven imprescindibles.

El mantenimiento de los inmuebles, el pago de servicios, es también responsabilidad de las inmobiliarias en el control, según lo pactado con los dueños, la situación no deja de contar con cambios permanentes a la luz de nuevas opciones para llevar adelante las negociaciones.

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