En un grupo se preguntó que es mejor usar en una novela: guion o comillas.
La respuesta es: según el propósito literario; cuando se usa guiones, se trae a la escena la voz del personaje. El narrador no se hace cargo de lo que dice el personaje y se delega esa voz porque por razones de la trama, el narrador no debe pronunciarlas o no debe conocerlas y se debe conocer su contenido al mismo tiempo narrador y lector. Si no se usa diálogo, es el narrador el que repone eso que se dice y por lo tanto es por razones de la trama que las narra, el narrador ya sabe que se dijeron, y el narrador, por razones de la trama, las narra, ahora para que sea el lector el que las debe saber. Ambos propósitos significan que la forma es parte de una función textual y no hay tal decisión fuera del texto mismo.
Sobre la cuestión del diálogo me referí a la trama y no al argumento. Son cosas diferentes.
La trama refiere a la secuencia de eventos e incluye la exposición, acción, clímax, y resolución. Elementos clave del texto: personajes, ambientación, conflicto, tema, tiempo, espacio y trama.
El argumento es el aspecto anecdótico.
La trama es la organización de elementos, la secuencia de eventos conectados que conforman el argumento. Es el hilo conductor de la narrativa, el "qué" y "cómo" de los acontecimientos, y el motivo de las acciones de los personajes.
La trama es fundamental para la comprensión de la obra literaria, ya que guía al lector a través de la historia y le permite identificar la lógica interna, los personajes y conflictos centrales.
La forma en que se elije contar, los tiempos de contar, narradores y formatos constituyen la trama.
Un buen argumento, una buena idea, puede echarse a perder con la trama incorrecta.
Como ejemplo, el policial, cuya calidad depende de la elección de la trama, independiente del argumento.